
Buscábamos caminos imposibles
sin pensar en la luz que atraviesa
los cuerpos
supimos que somos transparentes
cuando alguien nos mira a los ojos
y que no hay posibilidad de esconderse
de los sentimientos.
Ven, los rayos del sol penetran
el tronco de un viejo árbol
que ahora tiene un corazón y mirada de fuego.
La naturaleza también ama.